sexta-feira, 28 de novembro de 2014

Nigel Kennedy e Richard Galliano Jazz...



Parte II do encontro entre Nigel Kennedy e Richadr Galliano...aí também tem música brasileira. Confiram.

quinta-feira, 27 de novembro de 2014

Nigel Kennedy e Richard Galliano Jazz...


Um     encontro   memorável,  é o  que   se pode ver e ouvir desses dois gênios da música instrumental.   Nigel Kennedy,   violinista   britânico    e     Richard Galiano, acordeonista    francês.  Nigel,   esse   musico   polêmico  que  na    década   de   80  irritou  a  crítica especializada em música erudita,  quando dirigindo a Orquestra de Câmara Polonesa, produziu e executou "as 4 estações" de Antonio Vivaldi com uma roupagem totalmente inovadora. Ele, além de músico notável, é sem sombra de dúvida um expert em projeção de imagem. O público delira com suas apresentações mais que extravagantes, divertidas e altamente inovadoras. Ao seu lado nosso querido Richard Galliano que a dias atrás esteve aqui   no Brasil,   mais precisamente no Projeto "Gaiteiros do Mundo" produzido   pelo   também   ímpar Luiz Carlos Borges, acordeonista gaúcho. Galliano sempre antenado ao que se passa no meio musical de outras paragens, entre variados estilos musicais,  nos brinda com algumas frases de "Asa Branca" do nosso mestre Luiz Gonzaga. Isso tudo, está aí. Aproveitem meus queridos amigos. Essa é a parte I e logo prometo a segunda parte.





quinta-feira, 31 de julho de 2014




Convite a reflexão. (Ruy Armando Gessinger)

Como passo repetindo, o Homo Burraldus cismou de tomar conta da Terra.Num arroubo de falta de modéstia, houve por bem " se achar" à imagem e semelhança de deus.

E dê-lhe destruir tudo e negar,  até às bactérias, o direito de usufruir e gozar das delícias de um belo ferimento.
Um pequeno problema é que a biodiversidade, tal como planejada no computador do deus do universo, teve um contratempo: o homo burraldus ou asininus destruiu seus predadores e pôs-se  a multiplicar a espécie. A Natureza pensou e pensou e resolveu mandar umas doenças para  dar uma paradinha nessa inflação.A peste negra não adiantou, nem a influenza, nem a sifilis. O bicho homem inventou os antibióticos. Trinca de ás com duas damas. A Natureza respondeu com a Aids. O semelhante a deus apresentou  um royal  street flash.
Ao deus só restou dizer: mas como jogam sujo esses à minha semelhança.
Pois deixa que se explodam. 
Hoje os pobres andam obesos. Os ricos querem ser magros.
E ninguém quer mais saber depois de estudar. Primeiro saber, depois estudar.
Eu choro porque penso.
Melhor teria sido  não ter frequentado os colégios bons  daqueles tempos em que os professores  eram da classe média. E os pais educavam seus filhos, inclusive ... oh escândalo: descendo o relho.
Eu queria tanto furar filas, sacanear, subornar, falar alto ao celular, ter som alto no meu carro.
Vou processar meus falecidos pais que me educaram errado.

Ruy A. Gessinger é advogado, ex-desembargador,pecuarista, mais que protetor da natureza,e antenado a tudo o que está acontecendo.É dele o texto acima que reproduzo, tomando liberdade,  como se meu fosse. 


terça-feira, 4 de março de 2014

Llanto de guitarra...

Mestre Paco de Lucia - 1947/2014

A dias reluto em escrever algumas linhas sobre a morte de Paco de Lucia. Meu blog está se tornando um "obituário" pois vem registrando o desaparecimento de pessoas muito especiais e queridas. Uma após outra, gente que nunca deveria deixar este mundo. Mesmo sendo para ir fazer música lá no céu. Então hoje li esse texto abaixo que reproduzo aqui ipsis literis porque era o que eu gostaria de escrever sobre nosso mestre maior da guitarra Paco de Lucia. 

Llanto de guitarra

La noche en que murió Paco de Lucía se convirtió muy pronto en madrugada llena de esa música que llamamos silencio.


La noche en que murió Paco de Lucía se convirtió muy pronto en madrugada. Era como si se multiplicasen los tiempos; todas las épocas que cubre el manto de su arte desde que tocaba flamenco en blanco y negro, con el pelo relamido y vestido de corto hasta las horas diarias que invertía en ensayar y volver a ensayar con todos los colores, descalzo y con la cabellera al vuelo. La madrugada en la que se va Paco de Lucía se llena de esa música que llamamos silencio.
Francisco Sánchez Gómez eligió llamarse De Lucía porque así le decían en las calles de su pueblo, identificándolo con el nombre de su madre que lo escribía con zeta y con apellido portugués: Luzía Gomes, con esa letra ese que en Andalucía se vuelve verso en los labios y luego se pierde en tantas palabras, como cualquiera podría perderse de no llevar siempre a cuestas la íntima música de su querencia. Por algo su hermano –que lo acompañaba en más de un concierto y grabación—adoptó llamarse Ramón de Algeciras. Nadie lo ha dicho mejor que Juan Villoro: “La música produce un peculiar arraigo, una imaginaria composición de lugar. Sin importar dónde estemos, de golpe, el rasgueo de una guitarra nos sitúa en el Mediterráneo: Paco de Lucía transfigura el espacio. En sus manos la guitarra fue mujer, el mar, el cielo o todo eso junto: un pueblo”.
Quien se enamora de una guitarra lleva la patria a cuestas y Paco de Lucía no sólo llevaba en las venas a Andalucía, sino a toda una península en el instante en que jugaba con sus hijos en una playa de un paraíso perdido donde recibió la cornada de un infarto que le partió el pecho. Cargaba con España, con tantos paisajes entrañables que se pintan en seis cuerdas y con tanta literatura que parece deletrearse sobre el brazo de una guitarra, los siglos divididos por trastos e incluso los hechos trascendentales como capotrasto, esa cejilla de madera que agudiza las notas de los días, vuelve más soprano el tenor de una tragedia o enfatiza el lamento de un adiós. Paco de Lucía llevaba todos los sabores y toda la cultura de su querencia no sólo por el mundo, sino por la España misma que despertaba de una larga noche que muchas voluntades aliviaron en un largo amanecer que no volvió a ser madrugada: muestra de ello es el concierto en el Teatro Real, reservado hasta entonces a lo que se había definido como exclusivamente “música culta” y de pronto, con desparpajo, con la pierna cruzada, sin necesidad de inclinar la guitarra como hacía Andrés Segovia o como manan los cánones de la guitarra pautada, Paco de Lucía arremolinaba en el aire la música palpable que todos llevamos en la piel, en el árbol genealógico de siglos.
Párrafo aparte, el milagro de Camarón de la Isla. Esa voz que se rompía como quien rasga un manto en medio de una saeta de Semana Santa en Sevilla y las pausas con lágrima incluida como media verónica de Curro Romero en medio de las estrellas, el infinito albero amarillo de la verdadera Vía Láctea que se llama Real Maestranza. Entre los tres y el anónimo pícaro que hoy mismo quiere ganarse unas monedas inventando una tomadura de pelo, deambula el duende, esa pimienta indefinida que explica el salero con el que camina Ella esta tarde por la calle de la Sierpes o declarada Emperatriz en plena Gran Vía de Madrid. El duende con el que sólo saben batir palmas los que miden con gracia las embestidas del destino, los que saben pararse no al filo del burladero sino en el centro mismo del Universo, burlar las cornadas como estatua y en los oídos intentar clonar la magia de diez dedos que se convierten en treinta y seis cabalísticos apéndices que a su vez convierten seis cuerdas en toda la música del mundo en una taquicardia eléctrica, que de pronto se puede atemperar o sincopar con el sexteto de Paco, con el cajón peruano que él mismo convirtió en flamenco o con los pasos que da una pareja que baila por bulerías un pasaje de la ópera Carmen.
Es inapelable que Sabicas o Manolo Sanlúcar cuajen la perfección mecánica de unos tarantos o que Al DiMeola o John McLaughlin se sincronicen en el oleaje de una rumba (incluso tocando con uña de plástico y no con los cinco dedos que hay que clonar con cada rasgueo), es innegable que una niña japonesa de trece años pueda tocar un fandango de Huelva como si de veras hubiera salido de Yokohama, pero que alguien convierta como lo hacía Paco de Lucía a todos los palos del flamenco en una extensión de su alma, que las cantiñas se le veían en los párpados, las alegrías en su cara seria, las galeras en cada dedo que hacía que sus manos fuesen más grandes que las de los demás mortales, la seguiriya como conversación, los tientos como quien murmura secretos, el zorongo como quien se despeina en altamar en medio de una carcajada y salir por peteneras como quien busca un telón. Eso ya nadie lo puede hacer. Nada más y nada menos.
En 1975 o 76, Paco de Lucía era ya la leyenda que hoy sustituye a por lo menos una constelación completa de estrellas sobre el terciopelo de su eternidad. Viajaba con más de seis guitarras, como quien tiene una espuerta llena de posibilidades sabiendo que sólo una muleta o un capote en particular son los de las grandes faenas. De Contreras y otras firmas, de madera de cerezo y de clavijas a la antigua o de mecanismo reluciente, sus guitarras parecían envidiar el momento que Paco tomaba una entre todas para deletrear una vez más al mundo. De entre todas, la guitarra que firma Ramírez tiene tela: desciende del afán de dos hermanos, José y Manuel, que estrenaron su primera guitarra en 1891. Lauderos minuciosos, artesanos medievales aun siendo decimonónicos, los Ramírez se pelearon por divergencias en las curvas y definiciones de lo que cada uno creía que debería ser la mejor guitarra del mundo. Mientras José se mudó a París y se concentró en fabricar sus muñecas para el mercado de la música clásica y de concierto, Manuel se quedó en Madrid y su estirpe lleva ya cuatro generaciones fabricando con duende guitarras que cobraron fama a partir de que Andrés Segovia se enamoró de una de ellas en 1916, pegado su pecho a la caja de la nena e interpretando milagros que valieron que esa misma guitarra esté hoy expuesta en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. No quiero hacer la microhistoria detallada de qué guitarras esculpiera José II, aunque es obligatorio decir que George Harrison toca en una Ramírez III “And I Love Her” en la películaA Hard Day’s Night (y que gracias al camarógrafo se alcanza incluso a leer la etiqueta de Ramírez por la roseta abierta en flor) y así con tanta historia que cada dueño puede escribirle a la biografía de su guitarra sucedió que por azar y por insistencia incesante –no exenta de mutua simpatía y muchas carcajadas— mi padre logró convencer a Paco de Lucía para que le vendiera una Ramírez, con etiqueta fechada a mano y con la dirección de Concepción Jerónima número 2 (asegurada de incendios) que todo amante de guitarras sabe que es santuario comprobado por sus milagros en música.
La noche en que murió Paco de Lucía se volvió madrugada muy pronto. Entre párrafos escuché que allá abajo se abría una caja. Me asomé temblando con la ingenuidad de quien cree que puede ver algo en plena oscuridad y comprendí sin temor pero con una inmensa tristeza que aquí no se mete ya nadie: más bien, se trata de otro entrañable que se va… las cuerdas parecían agua de río que busca con ansias un mar y reproducían en armonías inverosímiles la dulce melancolía que llaman saudade. La Ramírez estaba llorando, como todas las guitarras del mundo que no encuentran ya cómo conciliar tanto silencio.

  é articulista do diário espanhol El país

segunda-feira, 24 de fevereiro de 2014

Nos deixa Carlos Paez Vilaró - O Uruguay chora.

Carlos Paez Vilaró - 1923 - 1914

Conheci Carlos Paez Vilaró quase por acaso. Era inverno no Uruguay, fazia muito frio naquele mes de agosto de 1988. Eu estava morando em Montevidéo fruto de meu trabalho como Representante Comercial de uma empresa brasileira, fui a Punta Ballena , que é uma peninsula situada em Punta del Leste, Provincia de Maldonado, a convite de um amigo uruguayo. Meu amigo me levou até a Casa Pueblo, local onde residia Carlos Vilaró e onde tinha seu atelier de pintura. Para nossa surpresa, quem nos recebeu atendendo nosso chamado, foi o próprio. De bermudas, exibindo um sorriso mais que simpático, logo nos deixou inteiramente a vontade como se amigos fôssemos a muito tempo. Segredou sua simpatia pelos brasileiros e logo estávamos trocando histórias principalmente sobre Vinicius de Moraes e Toquinho a quem recebia todos os anos em sua residência. Nos mostrou o auditório Vinicius de Moraes onde se encontra vários registros da passagem do nosso "poetinha" maior. Muitas vezes lá se apresentou  juntamente com seu parceiro Toquinho. Falamos muito também sobre folklore pois Vilaró foi um grande incentivador do candombe (ritmo musical) no seu país. Seu trabalho como pintor retrata muito essa influência dos negros africanos no Uruguay. Sua trajetória como pintor, escultor, escritor é riquíssima. Idealizou, projetou e construiu ele mesmo  a casa onde morava e onde recebia gente de todo o mundo. Ao despedirse, me presenteou com um dos seus livros , "Entre mi hijo y Yo La Luna" que conta toda a sua luta para encontrar seu filho Carlitos, um dos sobreviventes do desastre aéreo nos Andes (outubro de 1972) Estive com ele várias vezes depois disso. Ia  a Punta del Leste duas ou três vezes por mês e sempre passei "pá tomar unos mates" como falava. Hoje é um dia triste para nosso amado Uruguay. Perde Carlos Paez Vilaró, aos 90 anos de muito trabalho e criação. Quero aqui homenagealo postando este registro humilde e  sincero da mais alta admiração. Aos filhos Agó P.Vilaro e a Carlitos meus sentimentos pela passagem dessa pessoa tão cheia de coisas belas por ele produzidas. Se foi o artista extraordinário, fica a lembrança querida e sua obra gigantesca e o carinho de todos nós, seus admiradores. Descanse em paz Vilaró.
Vilaró e seu Taller

Casa Pueblo

No candombe...viva o folklore.

sexta-feira, 14 de fevereiro de 2014

Ministro Gilmar Mendes X Senador Eduardo Suplicy


Fac símile da carta enviada ao senador Eduardo Suplicy como resposta a seu "pedido de esclarecimento" ao Ministro Desembargador Gilmar Mendes por ter o mesmo levantado suspeitas quanto as doações para pagar a multas impostas pelo Supremo aos meliantes condenados pelo Mensalão. Outra vez o senador Suplicy perdeu a vez de ficar quietinho e deixar de se envolver com essa quadrilha condenada e cumprindo pena como outros facínoras comuns lá encarcerados. O Senador está dia a dia desmanchando com os pés todo o trabalho de muitos anos em prol da liberdade e da decência. Querer enxovalhar  a Justiça brasileira dessa maneira é no mínimo um desserviço prestado aos menos favorecidos, aqueles a quem o senador Suplicy sempre demonstrou defender. 


quarta-feira, 29 de janeiro de 2014

PETE SEEGER - UMA LENDA QUE SE VAI....

Pete Seeger - legenda do folk americano
Pete Seeger, falecido na segunda-feira aos 94 anos em Beacon, no Estado de Nova York, foi a grande consciência dos Estados Unidos através de centenas de canções, que documentavam as injustiças, as lutas e os sonhos da sociedade civil norte-americana no século XX.
Durante os anos sessenta, envolveu-se na luta pelos direitos civis dos negros apoiando os ativistas. De fato, um dos hinos do movimento, liderado por Martin Luther King Jr., foi uma de suas canções We shall overcome, que na verdade era uma variação que fez de um velho canto espiritual do gospel. E, antes de que a Guerra do Vietnã se convertesse em um assunto nacional, em parte porque não paravam de chegar caixões com jovens soldados tombados em solo vietnamita e estes não queriam ser recrutados, Seeger se opôs com veemência à intervenção militar norte-americana. Dedicou uma feroz canção ao presidente Lyndon Johnson em meados dos anos sessenta por sua agressiva política exterior, chegando a ser censurado na televisão.
Amante das essências do folk, relutante em modernizar do gênero, o que o levou a ter uma audiência a cada vez mais reduzida, o nome de Seeger também está associado a uma das lendas mais conhecidas da música norte-americana. É aquela na que se conta que ele tentou, com um machado, cortar os cabos da guitarra que Bob Dylan utilizou durante sua atuação no célebre festival de Newport de 1965, quando o bardo de Minnessotta começou sua revolução sonora que o levaria a converter em uma estrela pop à altura de The Beatles. Com os anos, várias testemunhas daquele show desmentiram tal acontecimento, embora ninguém duvide nunca do aguerrido caráter de Seeger, que às vezes era muito mal humorado.
Sem deixar nunca de compor e recuperar composições tradicionais, cantou para o movimento operário, apoiou a luta pelo meio ambiente e clamou contra as campanhas belicistas. Destinou os benefícios que recebia pela canção We shall overcome às organizações que apoiavam os afro-americanos mais desfavorecidos do Sul. Nunca separou seu ideário político de sua música, chegando a dedicar um disco às Brigadas Internacionais na Guerra Civil Espanhola. 
Antes, em 1994, Bill Clinton tinha concedido a ele a prestigiosa Medalha Nacional das Artes por sua contribuição à cultura norte-americana. Por seu 90º aniversário, celebrou-se um concerto homenagem no Madison Square Garden no que Bruce Springsteen o apresentou como "um arquivo vivo da música americana e de sua consciência, um testamento do poder da canção e a cultura”. Ali estiveram Emmylou Harris, Joan Baez, Roger McGuinn de The Byrds ou John Mellencamp.
Na verdade, é muito difícil encontrar no panorama musical de hoje gente da amplitude de Pete Seeger. Músicos que em si mesmos são seiva da América do Norte por seu discurso popular, sua obra de rua, sua influência em várias gerações e seu compromisso com sua arte e seu meio. Em suma, é muito difícil, neste mundo de consumo instantâneo, no qual poucas coisas parecem perdurar, captar o tamanho e o corte da figura de Seeger, o músico que dizia de sua humilde guitarra: "Este instrumento pega o ódio e o obriga a se submeter". Era sua espada, brandindo sempre contra os algozes.

Pete Seeger - Michael Row The Boat Ashore (+playlist)